miércoles, 16 de mayo de 2018

Leyendas de Madrid: El oso y el madroño

Una de las cosas más curiosas de Madrid es el símbolo del oso y el madroño y la bandera roja con sus siete estrellas. Yo, llegué a pensar que las estrellas representaban las siete poblaciones más grandes de Madrid pero... Ni el oso es oso, ni las estrellas hacen referencia a las poblaciones ¿Quieres saber la verdad? pues sigue leyendo.

Un poco de historia: Según la mayoría de los historiadores, la primera ciudad asentada en la zona que ahora es la catedral de la Almudena y el palacio real eran de origen árabe. Existen restos romanos anteriores pero parece ser que fueron nómadas y no establecieron un asentamiento por esta zona. Los árabes y el emir cordobés Mohamed I construyeron una fortaleza en el siglo IX (cuyos muros aún parcialmente se conservan) Y la llamaron Mayrit (que significa madre del agua). Después fue conquistada por los cristianos y pasó de llamarse Mayrit al cristiano Magerit y de ahí evolucionó a Matrit y ya a nuestro actual Madrid.

Los escudos y la leyenda del "oso": Hasta poco antes del año 1200 no fue cuando a Madrid se le otorgó un escudo o emblema. El primero es este:

En él se ve un pedernal, sumergido parcialmente en agua (procedente de la abundante agua del subsuelo que tenía Madrid), que frotan dos hachas de piedra de silex (material con el que creaban sus herramientas desde la prehistoria) formando chispas que de ahí venía el lema (ya olvidado) de Madrid: "Fui sobre agua edificada, mis muros de fuego son. Esta es mi insignia y mi blasón" Cuando disparaban sus flechas metálicas e impactaban sobre la muralla de silex, las chispas que desprendían debieron de incendiar las ramas, hojas etc... y parecer así que los muros eran de fuego. También en la cinta azul que adorna este emblema se puede leer "Sic gloria labore" (así es la gloria del trabajo.)

Poco después, en 1212 se cambió el escudo a una osa (no un oso como comunmente se conoce) que pastaba por el campo, con siete estrellas dibujadas en su lomo (representando la constelación de la Osa Menor). 

En 1222, tras una disputa entre la Iglesia y el Ayuntamiento, se acuerda que en el escudo aparezca la osa en símbolo de la Iglesia, que tendría el poder sobre los pastos y las tierras mientras que el Ayuntamiento tendría poder sobre la caza y los árboles. Por ello ponen a la osa levantada sobre un madroño. Las estrellas del lomo, pasan a rodear el escudo. 

En 1554 Las hojas del madroño parece ser que se cocían y se usaban para intentar paliar las altas fiebres, como sucedería con el emperador Carlos V que se curó en Madrid de la peste con este método. Concediéndole entonces la corona al escudo de Madrid, en agradecimiento por su curación.

En 1859 Se incorpora un dragón al escudo que, al parecer, apareció al hacer unas obras en el ensanche de la puerta cerrada (según habladurías era una lagartija que, al exagerar, que es muy madrileño, se convirtió en un dragón) y también se le añadió una corona cívica de hojas trenzadas por las cortes de 1822, manteniendo la corona de Carlos V pero ya ocupando toda la parte superior.

En 1967 Se eliminan el dragón y la corona cívica y se modifica la corona real por una corona almenada (como con almenas de un castillo). Y ya, a partir de este año, se usa el que continúa en nuestros días de la osa, el madroño, las siete estrellas y la corona real.



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